Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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100138
Legislatura: 1887-1888
Sesión: 5 de diciembre de 1887
Cámara: Senado
Discurso / Réplica: Réplica al Sr. Vida.
Número y páginas del Diario de Sesiones: 4, 44-45.
Tema: Aumento de derechos arancelarios a los trigos y harinas (cereales) que se introduzcan en España.

El Sr. Presidente del Consejo de Ministros (Sagasta): Yo no pronunciaría una sola palabra en contestación a las que acaba de decir el Sr. Vida, si no fuera porque me atribuye una intención que he [44] estado muy lejos de tener, suponiendo que yo he podido dar con mis palabras un voto de censura, primero al Presidente de esta Cámara, y después al Presidente del Congreso. Ya debe comprender S.S. que esto no era posible que resultase y que menos aún podía ser ésa mi intención.

Supone el Sr. Vida que al afirmar yo que el Presidente del Senado ha estado en su derecho dando por reproducida una proposición de ley conforme lo solicitó el Sr. Moyano, envolvían mis palabras una censura para el Sr. Presidente por haber permitido una discusión sobre ese punto. No, Sr. Vida; no significa esto un voto de censura; porque el Sr. Presidente del Senado, al ver que tantos Sres. Senadores pedían la palabra cuando el Sr. Moyano reprodujo la proposición, ya lo ha dicho, no quiso negársela a algunos, pues es demasiado liberal para no consentir una expansión, que ciertamente no necesitaba para abonar sus opiniones, pero que es bueno que haya habido para mayor esclarecimiento del asunto. No cabe, por tanto, protesta alguna contra la conducta de un señor Presidente cuando, para hacer uso de un derecho, que es, en mi opinión, aunque no lo sea en la de algunos Sres. Senadores, indiscutible, quiere todavía oír la opinión de algunos señores que desean emitirla. En lugar de voto de censura, lo que en todo caso envolverían mis palabras sería un voto de gracias, que es, por cierto, lo que SS. SS. deberían darle.

Respecto del Presidente del Congreso, ¿qué he de decir, Sres. Senadores? ¿El Presidente del Congreso ha remitido a esta Cámara una comunicación dando cuenta de que allí se han comenzado, por iniciativa de los Sres. Diputados, ciertos trabajos parlamentarios o algunas proposiciones de ley? Pues ha hecho perfectamente, porque esto equivale a decir al Senado: ?Téngase en cuenta, por si de alguna manera puede interesar al exacto cumplimiento de la ley de relaciones, que en el Congreso se han presentado tales o cuales proposiciones de ley; a fin de que, si alguien cree que puede sobrevenir alguna dificultar, no se reproduzcan en el Senado asuntos parecidos?.

Recientes están conflictos, más o menos verdaderos, pero discutidos con calor sin igual, originados por haber carecido un Cuerpo Colegislador de noticias exactas acerca de los asuntos pendientes en el otro; ahora no ocurrirá seguramente esto, gracias a la previsión del Presidente del Congreso.

Pero de todas suertes, ¿qué tiene esto de común con la cuestión que aquí se ventila, ni con el perfecto derecho que asistía al Sr. Moyano para reproducir proposiciones de ley de anteriores legislaturas, que ninguna relación tienen con proposiciones presentadas o admitidas en el Congreso?

Por lo demás, la cuestión es clara respecto del documento de que se trata, siendo evidente que carece de condiciones para impedir que se discuta la proposición del Sr. Moyano; y lo prueba, sobre todo, el que el Sr. Botella ha pedido que se leyera aquél y no se ha podido hacer, porque aun para leerlo en el Congreso se necesita la autorización de las Secciones. Y si se trata de una proposición que no se puede leer aquí ni en el Congreso, ¿cómo ha de servir de fundamento para estorbar el curso de otra proposición de ley presentada aquí en la legislatura anterior?

No hay en mis palabras protesta ni censura contra ningún Sr. Presidente, y si la hubiese, a pesar de mi deseo, por defecto de expresión, yo retiraría todas aquellas que pudieran considerarse como tales, porque nada más lejos de mi ánimo que protestar contra Presidentes que cumplen digna y celosamente con su deber y que son personas de mi más sincero e íntimo cariño. Al contrario de lo que el Sr. Vida ha dicho, S.S. debía haber dado las gracias al Sr. Presidente del Senado por la deferencia que ha tenido con varios Sres. Senadores escuchando sus discursos respecto de un asunto que a él sólo competía resolver, porque este derecho se lo da el Reglamento.

Si S.S., y los que como S.S. piensan, no agradecieran esto, tanto, por lo menos, como aplaudo yo la conducta del Presidente del Congreso, merecerían un Presidente inflexible, de hierro, que constantemente se aferrase al Reglamento y que no dejara apartarse de aquél ni en una sola línea a S.S. ni a ningún otro Sr. Senador. [45]



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